sábado, 19 de septiembre de 2015

TRAVESÍA TAMARIT 2015

Amanece en Playa Arenales del Sol 

(* Pulsando en las fotos, se ven a pantalla completa)

Este año 2015 hemos estrenado Travesía, al menos yo, una más de la larguísima lista de pruebas que se disputan a lo largo de estas costas durante el verano y que hace materialmente imposible asistir a todas, tal ha sido la proliferación de pruebas en apenas unos pocos años.

En realidad fueron dos Travesías, de 2.500 y 5.000 metros, lo cual, unido a un Cross de 6km. por la orilla de la playa, reunieron a un nutrido grupo de deportistas solidarios, convocados por la Asociación Tamarit, en la Playa de Arenales del Sol (Elche). Fue una agradable y "casi familiar" reunión deportiva - ya que casi todos nos conocíamos de alguna manera- en pos de una buena causa benéfica.


El mar, calmado y tranquilo al amanecer
La convocatoria era para el día 13 de septiembre,  y fue tempranera a más no poder, teniendo en cuenta que, a estas alturas del verano, ya no amanece tan temprano. 

Y allí estábamos todos, apenas las 7 de la mañana, con un poco de fresquete aún, e intentando divisar entre la bruma cómo iba a ser la jornada, después de varias semanas con muy mala mar y con muchísimas dificultades para entrenar, precisamente por esa mala mar y también por la abundancia de medusas...

Y el mar, en apariencia, no podía estar mejor. Calmado, tranquilo y con las aguas bastante transparentes, a decir de algunos adelantados y nerviosos que se metieron a calentar antes del momento de la salida. 

Los preparativos y la entrega de gorros a la salida
El control de salida era muy sencillo, ya que la prueba no tiene -al menos en estas primeras ediciones- grandes pretensiones. No había chip, ni tampoco reloj oficial, si bien nos entregaron un gorro muy chulo (naranja para la prueba larga, amarillo para la corta) y una camiseta conmemorativa del evento.


Recorrido de la prueba de 5.000 metros

Y el recorrido también era sencillo, en el sentido de que no tenía grandes complicaciones de boyas formando circuitos extraños, sino un recorrido lineal desde el punto de salida hasta la torre de salvamento de El Altet (en el caso del recorrido largo) y desde el punto de salida hasta el último edificio de la Playa de Arenales en el caso del circuito corto. 

En ambos casos, los circuítos resultaron ser a la postre más largos de lo que se indicó, resultando el corto de unos 3.400 metros y el largo de 5.300 (o al menos eso es lo que marcó mi GARMIN)



Entre bromas y veras, unos entraban a calentar, otros salían diciendo "no he visto ninguna medusa".... ya digo que la prueba tenía un marcado carácter familiar, aunque con una organización técnica impecable, como corresponde a las pruebas en las que colabora Rafael Aledo, de Natura Sport, que no suele dejar nada al azar, dada su larga experiencia técnica en este tipo de eventos deportivos. 


Y llegó la hora de la verdad para la prueba de 5.000. A través de megafonía nos convocan, nos dan el "listos", la cuenta atrás de rigor.....y ¡al agua patos!. 

Unos quince minutos después se dio la salida de la prueba de 2.500 metros lo cual propició que al final casi coincidiéramos llegando a meta mezclados muchos de los participantes de ambas pruebas, dado que los circuitos se superponían.

Las sensaciones de inicio no fueron muy buenas para mí, porque entré en el agua muy tenso, y con un poco de ansiedad también. Resulta que hace apenas una semana me picó una medusa -una hermosa Rhizostoma- o, mejor dicho, me abrazó con todos sus tentáculos, rodeándome toda la cara, precisamente en esa misma playa y, ¡oh casualidad!, justo a la altura del punto desde donde se dio la salida de la prueba... Y, aunque uno intenta hacerse el fuerte y se dice para sus adentros aquello de "sólo fue una mala suerte", lo cierto es que el subconsciente a veces es muy difícil de convencer y te juega malas pasadas por mucho que le transmitas mensajes de buen rollito... je,je,je.


Afortunadamente, ese "mal rollo", que me duró unos cuantos metros, acabó disipándose poco a poco, ante el inigualable placer de nadar en ese cristalino mar que ese día nos concedió el privilegio de estar como una balsa. Y digo privilegio porque realmente la segunda quincena de agosto y la primera de septiembre están siendo inusualmente malas en cuanto a condiciones de la mar, después de haber tenido una primera parte de verano de auténtica calma chicha día tras día y con ausencia total de medusas, lo cual nos había hecho creer -ilusos de nosotros- que todo el verano iba a ser igual...

El recorrido de ida se hizo algo pesado, al menos para mí. Una vez que se acabaron las construcciones de la orilla de Arenales, entras en la zona que es reserva natural, sin ninguna construcción y con una playa lineal y monótona que hace que se pierda totalmente la referencia de en qué punto de la Travesía se encuentra uno. La visión de alguna medusa de vez en cuando te recordaba que no nadabas en una piscina, sino en mar abierto.... Afortunadamente, esta vez salí indemne de la aventura; no así algunos compañeros que se llevaron algún recuerdo grabado a fuego en su piel.


Una vez alcanzada la boya que había delante de la torre vigía de la playa de El Altet tocaba regresar. Entre lo largo del recorrido, que la participación no era numerosa y que yo no soy precisamente José Luis Larrosa, lo cierto es que nadé la mayor parte del tiempo solo, si exceptuamos la compañía de un kayak, a cuyo kayaker le debí de caer simpático -o me debió de ver muy mal-, porque fue una gran parte de la Travesía a mi lado haciéndome compañía y animándome constantemente. Tan sólo supe que se llamaba "Pepe" y desde aquí le quiero dar las gracias de todo corazón por su apoyo y su constancia siempre a mi lado.

Lo cierto es que el regreso se hizo mucho más llevadero que la ida. Entre el apoyo constante de "Pepe" y el hecho de que enseguida empecé a reconocer los edificios de la orilla de Arenales -donde he nadado docenas de veces-, enseguida empecé a hacer mi particular cuenta atrás: El edificio Gran Bahía, el viejo Hotel, el Rincón de Santi, el edificio Las Palmeras......ya, ya casi llego.

La prueba fehaciente de mi tiempo real

Y por fin, el arco de Meta. Recordé que al entrar al agua, en esa zona de la playa, había unas cuantas rocas, por lo que fui con sumo cuidado de no dejar de bracear antes de tiempo y pisar las rocas, no vayamos a fastidiarla al final.... Y salí del agua, feliz como una perdiz aunque con la sensación de que podría haber hecho mejor marca; pero entre la tensión del inicio por el pánico medusil, y el hecho de nadar solo toda la Travesía, me hicieron perder referencias y quizá relajarme más de la cuenta. Pero no me quejo. Y además  estaba contento, después del fiasco de las Travesías fallidas de Benidorm y El Albir, a las que al final no me decidí a ir, ante los malos pronósticos previos que había del estado de la mar.

Junto a José Luis Larrosa
Y nada más salir del agua tuve la sorpresa y la alegría de que mi gran amigo José Luis Larrosa se acercó hasta la orilla a felicitarme y a darme un abrazo, un gran detalle de un campeón como él, tanto en lo deportivo, como en  lo humano. 



Vicente Gómez, José Luis Larrosa y Raúl Pérez
Los vencedores masculinos de la prueba larga fueron tres buenos amigos: José Luis Larrosa (1h.05´), seguido por otros dos campeones que entraron casi al alimón: Vicente Gómez Berasaluze (1h.19´) y Raúl Pérez (1h.19´), separados ambos por apenas un segundo. 



En el apartado femenino, la vencedora fue Esther Rico (1h.30'), seguida de mi gran amiga Raquel Zamora (1h.41').

En la prueba corta el vencedor fue Alejo Vera (54') seguido del gran José Pedro T Garri (56') finalmente recuperado de todas sus lesiones invernales.

Clara Aledo, Cristina Tercero y Gema Anguera


Entre las féminas, la vencedora fue Cristina Tercero (1h.00´) que hace con éste su segundo podio en el verano, seguida de Clara Aledo (1h.05´), a la sazón hija de Rafael Aledo, que tuvo la inmensa satisfacción de entregar personalmente a su hija el trofeo. En la foto, y con short rosa, se puede ver a Clara, la orgullosa madre de la criatura. El tercer puesto fue para Gema Anguera, del Arena Alicante, que entro apenas un minuto después de Clara Aledo. Un trío de campeonas que hicieron la Travesía prácticamente juntas.

José Luis Larrosa, Cristina Tercero, Pedro Garri y Rafael Aledo



Y a continuación vinieron las consabidas fotos de amigos y conocidos, como ésta de tres de los ganadores de las Travesías, junto con el Director Técnico de las mismas, Rafael Aledo, de Natura Sport (Elche)




Gema Anguera, Cristina Tercero, Eduardo Osorio y José María Galera

También se procedió a la entrega de los premios del Cross de los mayores, así como a un divertido Cross infantil por la orilla, en el cual los pequeños se divirtieron de lo lindo. 

Una vez finalizadas las entregas, y después de un pequeño sorteo de regalos donados por los diversos patrocinadores de la prueba, se fue disolviendo la reunión, pese a que el día invitaba a quedarse en la playa un rato más.


Espero que os haya gustado

¡Nos vemos en el agua!

José María Galera
OWS Alicante