El pasado 30 de mayo tuvo lugar una nueva edición de la Travesía de Mariners, una prueba que consta de tres posibles recorridos o travesías, que paso a continuación a comentaros.
Una primera, con un recorrido de unos 10.000 metros que, comenzando en la Isla de Tabarca, toca la costa a la altura del Faro de Santa Pola para, costeando, llegar hasta la Playa de Arenales del Sol.Las otras dos travesías, de 5.000 y 2.500 metros respectivamente, tienen su origen y final en el Kiosco Parrés, de la Playa de Arenales para, después de superar sucesivas boyas, llegar a su destino.
Recorrido de la Travesía de 5.000 metros (rojo) y 2.500 metros (amarillo) |
En las semanas previas a la prueba, y organizados por el centro deportivo Natura Sport, de Elche, tuvieron lugar en sucesivos sábados, varios entrenamientos de larga distancia, tanto en la Playa de Arenales, como en la de Santa Pola, así como un macro entrenamiento en el que se dieron varias vueltas a la Isla de Tabarca.
Foto de familia después de uno de los entrenos en la Playa de Arenales del Sol |
Todos los entrenamientos fueron dirigidos y coordinados por Rafael Aledo y Clara, (Natura Sport), y resultaron muy concurridos, como podéis ver en la foto. Al finalizar los mismos, tuvimos el inefable almuerzo donde intercambiamos anécdotas y risas...
Al finalizar un entreno, entre Clara madre y Clara hija |
Con dichos entrenos se fue caldeando el ambiente, y todos esperábamos cada vez con más ansia el deseado día de la prueba, a la vez que cruzábamos los dedos para que saliera una buena mar, ya que en primavera, con el tiempo cambiante, podía salir cualquier cosa. En la mente de todos estaba la Travesía de 2014, donde tuvimos una mar horrible que hizo modificar a última hora los recorridos y estuvo a punto de dar al traste con la celebración misma de la prueba. Recuerdo que fue mi primera Travesía "seria" y lo pasé realmente mal, más por desconcierto ante lo inesperado de la situación, que por sensación de peligro en sí.
La Playa de Arenales, a primera hora del día de la Travesía, con el Chiringuito de Parrés |
Y por fin llegó el ansiado día. Los participantes en la Travesía larga, la que salía de la Isla de Tabarca, tuvieron que madrugar bastante, ya que el autobús que los llevaría desde el punto de Meta, en el Kiosco Parrés (donde estaba el guardarropa y donde se dejaron los coches) hasta Santa Pola partía a las 7 de la mañana. Desde allí cogieron un "barco-taxi" que los llevaría hasta la misma Isla, desde donde partiría la prueba alrededor de las 8,30 de la mañana.
La apariencia plácida del mar que veis en la foto, no era tal en realidad. En los días previos hubo un fuerte temporal de sureste que dejó un importante mar de fondo y una acentuada corriente que nos hizo padecer bastante a la hora de alcanzar las primeras boyas.
Los que venían desde Tabarca-Santa Pola estaban encantados, porque la corriente les empujaba hasta la Meta. Pero para los que hicimos las otras dos travesías, el llegar a la primera boya, situada a 1.500 metros al Sur -y por lo tanto nadando a contracorriente-, nos costó lo nuestro llegar a este primer hito.
El arco de Salida, antes de comenzar la prueba de 5.000 metros |
La salida para la prueba de 5.000 metros se dio a las 9 de la mañana, y los que nadaron los 2.500 metros salimos unos minutos después, para evitar las aglomeraciones y los empujones de los inicios.
Aunque la normativa de la prueba indicaba que la misma era con neopreno, el hecho de que la primavera esté siendo especialmente cálida ha traído como consecuencia que el agua esté en torno a los 20ºC, por lo que la Organización dio cierta libertad para que los más valientes se atrevieran a hacerla sin neo, si bien fueron una minoría.
Bien es sabido que el neopreno no es una prenda que guste a todo el mundo e, incluso, hay gente que no nada en invierno en el mar por no tener que calzarse uno, porque le carga los hombros, le hace rozaduras o, simplemente, le agobia. Tan respetable es una postura como la otra, pero las normas eran claras en ese sentido, y la prueba era con neopreno... Hay que agradecer desde aquí a la Organización de Rotary Mariners la flexibilidad que demostró a última hora por permitir que varios nadadores hicieran la prueba "a pelo", por su aversión al neopreno.
Los socorristas, antes de comenzar las Travesías |
En todo el recorrido fuimos escoltados por numerosos kayacs, motos de agua, lanchas, etc., por lo que nuestra seguridad estuvo garantizada en todo momento, al margen de que el mar no ofrecía especial peligro en ese día, ya que la corriente a la que he hecho referencia antes solo dificultaba la natación, pero no era especialmente complicado soslayarla.
El vencedor de la prueba reina fue Oscar Estrada, con un tiempo de 2h.15´, una marca excepcional para él, si tenemos en cuenta que no es su primera experiencia en una distancia tan larga. ¡Y bien contento que estaba luego por el éxito conseguido!. En segundo lugar y con apenas dos minutos de diferencia entró José Luis Larrosa, participante habitual en esta prueba y vencedor en anteriores ediciones de la misma. La primera mujer en pasar bajo el arco de Meta fue Soraya Pérez con un excelente registro de 2h.23´. En total finalizaron la Travesía de 10.000 metros 122 nadadores.
La prueba de 5.000 metros, con 88 nadadores llegados a Meta, fue revalidada por Carlos Rivera, con 1h.10´, siendo la primera mujer Mariló Martí que la finalizó en 1h.18´.
Por último, en la prueba de 2.500 metros -y que fue en la que participó un servidor- venció José Manuel Arévalo, en 43', y la finalizamos 71 nadadores.
Foto de familia al finalizar una de las entregas de premios |
En total participamos casi 300 nadadores, de los que llegamos a Meta 271. No es por lo tanto una prueba multitudinaria, al estilo la Tabarca-Santa Pola, pero tiene la suficiente dimensión como para tener un magnífico ambiente de nadadores y, sobre todo, permite tener una organización manejable y que funcionó perfectamente, como un reloj, en todo momento.
La entrega de premios fue "de menos a más". Es decir, que comenzó con la Travesía de 2.500, continuó con la de 5.000 y finalizó con la "prueba reina".
Como anécdota tengo que comentar que dentro de cada una de las pruebas, la entrega de medallas se hizo comenzando por las categorías más veteranas. Y yo, que desconocía que había "hecho podio" -más por mi veteranía que por mi velocidad dando brazadas, todo hay que decirlo-, de pronto oí mi nombre por megafonía y, desconcertado, me fui hacia el podio, deprisa y corriendo y vistiéndome por el camino, porque me pilló en bañador y comiendo sandía....je,je,je.
Mi inesperado podio "de veteranos" |
Cuando finalizó la entrega de premios, se habilitaron una serie de carpas donde, de una manera informal, estuvimos comiendo y charlando hasta bien entrada la tarde, entre muchas risas y mucha cerveza también (había que rehidratarse, claro).
Las carpas donde comimos al finalizar las pruebas |
Finalmente, a eso de las 5 de la tarde, nadados, comidos y relajados, fuimos abandonando paulatinamente la reunión, camino de los coches y ya con el reloj en marcha descontando los días que quedan para la Travesía Mariners de 2016.
Desde aquí quiero felicitar a Rotary Mariners la excelente organización que tuvo la prueba, desde el principio hasta el final, incluyendo la excelente elección del chiringuito de Parrés para la comida. Todo estuvo fenomenal, incluyendo los entrenamientos que regularmente y durante los cuatro sábados previos a la prueba estuvieron coordinados y magníficamente dirigidos por Rafael Aledo y Clara, a los que desde aquí doy mi más sincero agradecimiento por todas sus atenciones.
¡El año que viene repetiremos!
Espero que esta crónica haya sido de vuestro agrado ¡Nos vemos en el agua!
José María Galera
OWS Alicante