miércoles, 18 de noviembre de 2015

VUELTA A TABARCA - FINAL TEMPORADA 2015

(Pulsando en cada foto, se puede ver a pantalla completa)


Se acercaba el final de la temporada OWS y había que hacer algo, algo gordo, algo sonado, alguna acción en el mar que nos dejara a todos buen sabor de boca, como el "tocino de cielo" que se toma uno después de una buena comida...



Y Rafael Aledo, gerente de Natura Esport (Elche), pensó que darle la vuelta a nuestra querida Isla de Tabarca sería un buen fin de fiesta, algo que nos iba a dejar a todos un imborrable recuerdo. Y no se equivocó. Es más, acertó plenamente.


De hecho, no era la primera vez que se organizaba un evento semejante para finalizar la temporada OWS pero, en anteriores ocasiones, la cosa fue algo más modesta, más "para los de casa". Pero este año, lo que comenzó siendo una "quedada familiar para los de casa", fue corriendo como la pólvora, de boca en boca y, dado el reconocido prestigio de Rafa organizando este tipo de eventos, pronto se convirtió en una gran quedada, para acabar resultando un acontecimiento que reunió a casi 200 nadadores OWS venidos de toda España, y dispuestos a pasar un gran día.

Una muestra de la amplitud de la convocatoria fue que vinieron nadadores de varios puntos de la Península a participar en la quedada. Desde Madrid, desde Barcelona, desde Cádiz y, sobre todo, un numerosísimo grupo de Nadópatas Patacona, (Valencia) con Quique Ventura y el gran Mike Dee, que hizo un vídeo precioso de la jornada, que podéis ver en su página de Facebook.

Las Tabarkeras, listas para llevarnos a la Isla, desde el Puerto de Santa Pola
La convocatoria era para el 15 de noviembre, a las 8 de la mañana, en el Puerto de Santa Pola. Allí cogeríamos una "tabaquera" -el popular barco que nos llevaría a todos hasta la Isla-, donde nos esperaba ya parte del equipo de Natura Sport, que había preferido irse la tarde antes para hacer noche en Tabarca y disfrutar de la plácida tranquilidad que ofrece en esta época la Isla a sus residentes habituales. La expedición de la tabaquera la encabezaba Chema Jareño, siempre pendiente de todos los detalles.

Y hasta allí llegamos, en pelotón glorioso, al pequeño puerto de Tabarca, en cuyo espigón se daría la salida de la travesía, y donde nos esperaba el resto del equipo, ya preparados con sus neoprenos bien ajustados.

La mañana amaneció magnífica. Un pelín más ventosa de lo que los pronósticos de Windguru anunciaban previamente. Un molesto viento del Sur -no demasiado fuerte- presagiaba que la nadada en la parte final -justo después de la playa y antes de llegar de nuevo al puerto- no iba a ser todo lo placentera que hubiéramos querido. 

Los preparativos y las fotos previas....
Una vez llegados al puerto, risas, saludos, preparaciones, gorros, gafas,  escarpines, vaselinas (que no falten, ¡por Dios!), aletas (algunos), boyas (la mayoría),... en fin, toda la parafernalia y todo el ritual que los nadadores OWS hacemos en esta nuestra particular liturgia que es nadar regularmente en el mar. 

Y una vez que estábamos todos preparados, o casi preparados, Rafa da la orden: "vamos todos para la orilla". Y allí que nos encaminamos, en batallón glorioso, casi 200 nadadores con neopreno -menos una docena de valientes que la hicieron a pelo- hasta llegar al lateral del espigón.

Los pingüinos jóvenes bajando hacia el mar, dando saltitos
Y ahí tuvo lugar una de las anécdotas simpáticas de la jornada. Resulta que el camino de acceso hasta la orilla está plagada de piedrecitas puntiagudas y además en acusada pendiente, lo que hizo que la bajada del grueso de los nadadores al agua se pareciera a esos reportajes de National Geographic, donde un gran grupo de pingüinos -que es lo que parecíamos nosotros con los neoprenos- van dando ridículos saltitos hasta llegar al agua... 

Los Pingüinos veteranos, observando la jugada...
Y mientras los pingüinos jóvenes bajaban acelerados y nerviosos, dando saltitos hacia la orilla, los pingüinos más adultos (Rafa Aledo, Clara, Mónica, José Luis Larrosa y yo mismo) observábamos la maniobra desde arriba, esperando ver donde se daban el "mamporro" los jovencitos, para intentar no repetir sus errores. La veteranía siempre es un grado...


Desde su atalaya, en todo lo alto del espigón, Rafa dio las últimas instrucciones: nos íbamos a repartir en tres grupos, en función de nuestro nivel natatorio. Un primer grupo, los pro, comandados por "el Boss", José Luis Larrosa, que irían a una velocidad aprox. de 4km/h. Curiosamente, fue el grupo menos numeroso. Supongo que el hecho de que fuera José Luis el jefe de equipo le impuso respeto a mucha gente, y prefirieron no arriesgar antes que hacer el ridículo y quedar descolgado del grupo de amo indiscutible de las aguas abiertas en esta zona.

Los líderes: José Luis Larrosa y Mónica Sansano
El segundo grupo iría comandado por Mónica Sansano, otra super nadadora de Natura Sport, que fue la encargada de liderar un importante pelotón, y que tenía previsto nadar a una velocidad aproximada de 3,5km./h. Este grupo salió un par de minutos después del que encabezaba José Luis.

Y por último, el tercer grupo, liderado por Clara, la mujer de Rafa Aledo, y que incluía a todos los que nadábamos a 3km./h., o menos. En la práctica éste fue el grupo más numeroso; no tanto por el nivel de los participantes, porque había una importante representación de "figuras", sino porque estaba formado por los "disfrutones", los que íbamos a pasarlo en grande, a pararnos cada dos por tres y a hacer mil fotos. Vamos, que era el grupo "del postureo". Es fácil adivinar que en este grupo iba un servidor.

La "divertida" costa de la Isla de Tabarca, con todos su bajíos...
Y, una vez en el agua, ante nosotros teníamos toda la costa de la Isla de Tabarca, unos 5km. aproximadamente. Esta Isla, que aparece tan bonita en todas las fotos aéreas, con esos fondos tan maravillosos y donde todo nadador OWS que se precie quiere nadar alguna vez en su vida tiene, en realidad, una jodienda de costa. Sí, porque tiene muchísimos bajíos y, dado que no nos podíamos alejar más de 50 metros de la orilla, había numerosos puntos en los que acababas quedando encallado por falta de profundidad, con lo que la natación se convierte en un permanente zig zag entre no encallar y no alejarte, no alejarte y no encallar....vamos, una jodienda.


Pero los fondos son tan maravillosos, el agua tan cristalina, que la natación sin prisas se convierte en una auténtico placer, no sólo para la vista, sino para todos los sentidos. Y, además, pese a lo avanzado del otoño, el agua no estaba para nada fría, a unos 19ºC aprox. Total, que íbamos disfrutando a placer.


El grupo de los "disfrutones". Yo, al final, con boya amarilla...
Pronto, el tercer grupo se deshizo en media docena de "micro grupos" formados por 10/15 nadadores, y que íbamos a diferentes ritmos. Por supuesto, el micro grupo que cerraba la comitiva estaba formado por nuestro querido Eduardo Osorio -un micro grupo en sí mismo- y su kayaker particular, Héctor Menchén, que le fue acompañando y fotografiando durante un buen trayecto e incluso le sacó de algún pequeño apuro con unas rozaduras que le producía el neopreno, ya que sus prisas por meterse en el mar, hicieron que se olvidara de ponerse vaselina en el cuello... 

Cada mil metros aproximadamente se hacía una pequeña parada para reagrupar el equipo y seguir hacia el siguiente hito. 

Parada para repostar... y para el "postureo"
Cuando llevábamos unos 3.000 metros nadados aprox., rebasamos un pequeño grupete de  islitas en una zona donde los bajíos eran especialmente importantes, hasta el extremo de que se hacía perfectamente pie, pese a estar a relativa distancia de la costa. Y allí se aprovechó para hacer una parada más importante, tomar cada uno el avituallamiento que llevaba encima -en mi caso, unos geles- y hacer unas risas a la vez que los afortunados que llevaban cámara go-pro aprovechaban para inmortalizar el momento. Era el momento  "del postureo"...

Una vez finalizadas todas estas frivolités, se comenzó de nuevo a nadar. Y allí el mar se empezó a complicar. El molesto viento del Sur que dio sus primeras señales de vida cuando íbamos en el barco camino de la Isla, empezó a hacerse notar. Y el mar a darse por aludido. En esta zona el viento era frontalmente de contra, por lo que avanzar se volvía en algo muy dificultoso, al ir nadando totalmente contracorriente, con lo molesta que resulta la sensación de que no avanzas por mucho que bracees.

Y en ese momento, y después de unos minutos de "reflexión" conmigo mismo, decidí dejarlo estar y salirme del agua. Estaba en un punto que, o me salía en ese momento por estar frente a la playa, o tendría que dar la vuelta completa a la zona de acantilados, donde es imposible salirse por lo abrupto de la costa. Y decidí que yo ya había disfrutado lo suficiente, y que no me apetecía llegar a la Meta exhausto después de haber nadado el trozo final tragando agua y enfrentado a la corriente. Curiosamente comprobé que, pese a que no le comuniqué a nadie mi decisión, en cuanto hice amago de salirme, un grupo no pequeño de gente decidió hacer lo mismo y acabamos saliendo por la playa un grupete de nadadores, los menos sufridores. Acabé siendo el líder de los más "disfrutones" :-)

José Luis Larrosa, comandando a los Pro. Ana Terencio y yo, en segundo plano
 La casualidad quiso que casi simultáneamente a mi llegada a la zona de la playa, lo hiciera el grupo de pros, comandado por José Luis Larrosa, pero en la parte opuesta, es decir, en la Meta real de la prueba. Lo cual dio lugar a esta curiosa foto que veis más arriba. Bueno, por una vez en la vida, puedo presumir de llegar al punto de partida al mismo tiempo que mi gran amigo José Luis, aunque yo lo hiciera "tomando un atajo"...je,je,je.

Poco a poco fueron llegando todos los demás nadadores -incluído Eduardo Osorio y su kayaker-, y vino el momento de las risas, los abrazos, las palmaditas y la fotos. ¡Ah, las fotos! ¡Qué sería de estas quedadas sin las fotos!, sin la constancia gráfica de lo bien que lo pasamos y de lo que nos divertimos en el agua... 

Con María Palacio, Javi Bernabeu, Eva y Gus, de Arena Alicante
Y, después de desembarazarnos de los neoprenos, gorros, gafas, aletas, boyas, escarpines y demás aditamentos,  y de hacernos mil y una fotos, en grupo, en solitario, con otro grupo, de conjunto, con el mar de fondo, con el castillo detrás..., llegó el momento de almorzar. O más bien de intentar almorzar. Porque allí empezó la auténtica odisea de la mañana.


Con Pascual Illán, Clara, José Luis Larrosa, Nando Her Bel y Javi Valero, de Natura Sport Elche


Resulta que los chiringuitos de Tabarca, que en invierno están cerrados en su mayoría por temporada baja, y pese a que estaban advertidos de nuestra llegada, una vez más, no estaban preparados, en absoluto, para aquella avalancha -relativa- de gente; y el intentar tomar algo sólido se convirtió en una tarea titánica, dado que las barras de los chiringuitos más parecían el camarote de los Hermanos Marx que un bar en condiciones. Al final, desesperado por la necesidad, me tomé un par de plátanos que llevaba en la mochila, y un Aquarius que conseguí que me sirvieran después de implorarlo durante veinte minutos a una ¿camarera? que siempre me decía que sí, pero nunca me lo daba...

Un servidor entre dos líderes, José Luis y Clara.
Y finalmente, una vez descansados, entrados en calor y almorzados (los más afortunados) nos dirigimos a la tabaquera, para retomar el camino de vuelta a casa.

Como no podía ser menos, el retorno en el barco, con una temperatura increíble para estar en Noviembre, estuvo teñido de una gran nostalgia, mientras veíamos alejarse nuestra amada Tabarca, esa Isla de Tabarca en cuyas aguas tan buenos ratos pasamos nadando y que tan buenos recuerdos nos traen siempre a la cabeza. 

Y también estábamos un poco tristes por los compañeros que no habían podido venir por sus ocupaciones; Cristina Tercero, mi gran amiga y compañera de quedadas; y el gran Juan Pedro Quesada, Juanpe, nuestro "meteorólogo de bolsillo". La próxima vez no pueden faltar. Entonces la felicidad sí será completa.

Y ya estamos deseando repetir, deseando que llegue de nuevo la primavera, para poder repetir buenos momentos, compartir experiencias y atesorar recuerdos que nos acompañarán mientras vivamos, a los que tanto amamos la natación OWS.

El retorno a casa. Martin, Raquel, Eduardo Osorio y yo

Espero que os haya gustado

Nos vemos en el agua!

José María Galera
OWS Alicante